- El cantante francés nacido en las Antillas francesas murió en la mañana del pasado miércoles 13 en su domicilio de París a causa de una ruptura de aneurisma a los 90 años de edad.
Henri Salvador nació en 1917 en Cayenne (Guayana francesa), de padres originarios de Guadalupe (su madre era de origen inca) y tuvo una carrera artística longeva. Se formó en la escuela de los grandes músicos negros de Estados Unidos, trajo a Francia los ritmos brasileños después de la II Guerra Mundial e introdujo el rock a la francesa con el escritor Boris Vian en los años 50. En 2006 editó su último álbum, “Révérence”, y se despidió de las tablas el pasado mes de diciembre con un concierto en el Palacio de Congresos de París pero tenía prevista una gira de despedida en la que estaba previsto ofrecer el concierto inaugural del festival La Mar de Músicas de Cartagena que este año tendrá a Francia como país invitado.
La prodigiosa carrera de este frágil nonagenario, empezó hace nada menos que 70 años, en 1933, cuando actuaba en cabarets como guitarrista. Hay que tener en cuenta que a Henri Salvador, tras décadas de ser zarandeado por los vientos de la buena suerte, los encuentros casuales (desde Boris Vian a Quincy Jones), el éxito substancial, y un montón de amor, este hombre jovial de Guyana fue obligado a un retiro prematuro y olvidado por la industria de la música en un momento en el que todavía tenía tantas cosas maravillosas que aportar. Salvador ha sido durante muchos años aquel tipo que les hizo reír tantas veces desde la pequeña pantalla con sus ocurrencias y su risa contagiosa.
Pero el sello independiente Exxos asumió el reto de volver a situar a Henry Salvador en el pedestal del que nunca debería haberse bajado, en el escalón más alto del panteón de los crooners, y le proporcionó a Henry los medios para grabar el álbum de sus sueños con la ayuda de un puñado de jóvenes compositores (Keren Ann, Benjamin Biolay, y Art Mengo).
Así comenzó una de las más hermosas leyendas de la época moderna. Henri Salvador redescubrió el placer de componer, en el estilo fluido y suave como la seda que siempre ha sido la marca de trabajo en la que ha puesto todo su corazón, especialmente cuando se siente querido. Ahora que ya no necesita hacer el payaso para entretener a las masas, puede tomarse tiempo para presumir del alcance de su incomparable talento. De la bossa nova al blues, de canciones dulces al arranque del swing, la música de Henri Salvador fue la mejor de su género.
Estos últimos años toda Francia lo reconocía como el autor de Chambre avec vue. El disco de bossa nova más bonito de todos los tiempos, según Caetano Veloso, que grabó su Dans mon île en 1981. Muchos le conocían sólo por canciones humorísticas como Zorro est arrvié, o se le veía como un producto de varieté Gracias a su último disco, Henri Salvador volvió a ser uno de los franceses más populares en su país.
[Fuente: Oficina de prensa de La Mar de Músicas]