- En la edición del programa «Los sonidos del planeta azul» correspondiente al miércoles 12 de mazo de 2008 se emitirá una entrevista con Waldemar Bastos.
El músico angoleño actuó el pasado 15 de febrero en la Cámara de Comercio de Castellón dentro del Ciclo «Los Sonidos de la Biodiversidad» donde presentó su último disco publicado «Renascence» (World Connection / Resistencia, 2004), su repertorio lo ha construido sobre el tradicional ritmo angoleño del «semba» interpretados con instrumentos tradicionales.
La estremecedora voz de Waldemar Bastos fue mostrada en occidente gracias a David Byrne en su sello discográfico Luaka Bop para el disco recopilatorio «Afropea 3: Telling Stories to the Sea» y en 1998 grabó el maravilloso álbum «Pretaluz» en Nueva York con la producción de Arto Lindsay. En agosto publicará un nuevo disco que está terminando de grabar entre Lisboa (Portugal) y Los Angeles (EE.UU.)
Waldemar Bastos, la voz de la conciencia de Angola
Artista de sensibilidad exquisita y uno de los cantautores africanos más auténticos y comprometidos con la realidad social de África, su música es el latido de su país, Angola, al que siempre regresa en sus canciones.
Waldemar Bastos tuvo que salir de Angola cuando, tras una asoladora guerra independista, estalló la guerra civil y los artistas eran acusados de subversivos, encarcelados y asesinados. Sufrió la represión y la cárcel y ante esta situación, se exilió primero en Portugal y más tarde en Brasil, donde grabó su primer disco, Estamos juntos con Chico Buarque.
Años después regresó a Portugal, donde reside, y editó Angola Minha Namorada, el álbum que entusiasmó a David Byrne, quien lo invitó a participar en un recopilatorio de música afro-portuguesa, junto a artistas como Cesaria Évora. También le abrió el mercado estadounidense editando bajo su sello Pretaluz, disco dedicado a la memoria de su hijo asesinado, al que también consagra su carrera y el mensaje de su música: la búsqueda de la paz, el optimismo y el poder del amor.
A pesar del exilio, la popularidad de la voz de Angola, como se le conoce, no se deterioró en su país, incluso la canción que da título a su tercer trabajo, Pitanga madura, se convirtió en “himno electoral” de todos los partidos políticos nacionales.
A finales del 2004, presentó su último álbum Renascence con temas del popular género semba, interpretadas con instrumentos tradicionales angoleños.
De Angola a Portugal, pasando por Cuba y Brasil, su música es un puente entre África y Occidente que atraviesa los mares como él los atravesó. Con él, su melancolía, reflejo de las noches africanas junto a la hoguera, se tiñe se semba, de fado y de cadencias de samba. Y hoy como ayer, la lírica nostálgica de este cantante de corazón herido tiene el embrujo de ser un canto a la vida, a la belleza, a la esperanza y a la defensa de valores pacifistas, con la fuerza de sus raíces.
Fuente: Ciclo «Los sonidos de la Biodiversidad»
