- Se reeditan los dos discos que grabaron maridando copla y jazz.
- El concierto de presentación/celebración tendrá lugar hoy viernes 8 de mazo dentro de la programación del Festival Ellas Crean.
Con Martirio la copla suena con virtudes de utensilio contemporáneo. La contribución artística de esta tonadillera aporta al gran catálogo de nuestra canción una maravillosa historia de iniciación, un despertar a la esperanza, al riesgo, a la conciencia y al deseo de inaugurar nuevos caminos, que se materializa, como una aplicada ilustración, en las innúmeras facetas que la personalidad de Martirio recorre en su ya dilatada existencia artística. Una vez fue lamento sureño en compañía de Jarcha, en momentos en los que el grupo andaluz decidió rastrear formas flamencas. Fue algo más que respaldo para Kiko Veneno y tuvo, más tarde, sus primeros éxitos en solitario con “Estoy mala” y “Cristalitos machacaos”.
Y volvió Maribel Quiñones a recuperar su lugar en la canción de siempre con el disco-libro “Coplas de madrugá” (El Europeo, 1997), que, además de mejorar “He visto color”, avanzaba que lo que quedaba por venir era extraordinario.
Cuatro años más tarde, las cosas no han cambiado. Martirio sigue sorprendiendo. Es momento de volver asomarse al pasado y reencontrarse con dos de los discos que rompieron las fronteras entre la copla y el jazz, “Coplas de madrugá”, de 1996, y “Acoplados”, de 2004. El idilio fogoso que surge con estas grabaciones entre ambos géneros tiene un cómplice fundamental en el piano del gaditano Chano Domínguez.
Martirio y Chano Domínguez Trío
Viernes 8 de Marzo. 21h 30. 10 €
Sala Galileo Galilei ( c/ Galileo, 100 · Madrid)Martirio (voz)
Chano Domínguez (piano)
Horacio Fumero (contrabajo)
David Xirgu (batería)
Chano Domínguez ha conseguido captar la atención de un numeroso grupo de incondicionales, una clientela fija que acude a las tiendas de discos y también a escucharle en unos conciertos en los que su conducta pianística expone razones en cualquiera de las muchas facetas que ocupan su inspiración de unos años acá. Desde Tete Montoliú, ningún pianista peninsular había conseguido hacer tan exportable su sapiencia jazzística. Siguiendo los caminos de Paco de Lucía y Jorge Pardo, el músico ha alcanzado la condición de bisagra para la música de nuestro sur y el jazz de Brooklyn. Puede decirse de otro modo: Chano Domínguez improvisa desde sus elementos de identidad.