Ha llegado el momento de mostrarse Miguel Poveda sin reservas en lo personal y en lo artístico, un cantaor andaluz y catalán ─Barcelona (1973)─, defensor de la bandera multicolor de la libertad. Es un flamenco que comparte con su público de dónde viene, qué referencias ha tenido desde su barrio de Badalona y como se ha construido hasta llegar al gran artista en el que se ha convertido después de tres décadas. Una voz prodigiosa, talento portentoso y arte deslumbrante por los cuatro costados.
Es el artista flamenco ─ahora reside en Sevilla─ que más público no solo aficionado al arte jondo que es capaz de reunir actualmente. Ha actuado con frecuencia en la ciudad de València en diferentes escenarios ─en los últimos años ha repetido con gran éxito llenos en el Palau de les Arts─, el pasado viernes 7 de julio subía por primera vez al escenario de Concerts de Vivers ─Gran Fira de València─, en los populares Jardines de Viveros (Jardines del Real) de la ciudad junto al río Turia y el Museu de Belles Arts San Pio V.
Poveda presentó en València su espectáculo “Diverso”, homónimo al reciente álbum de 2021. Hizo un repertorio que valía de hoja de ruta de su trayectoria vital y artística, desde sus primer acercamiento a la música, y sus referentes creativos.
Alejandro Hurtado, guitarrista flamenco./ (P. V.)
Tuvo el recital dos partes claramente diferenciadas que estuvieron separadas por un solo de guitarra a cargo del alicantino Alejandro Hurtado (San Vicente del Raspeig, 1994), uno de los jóvenes flamencos más destacados de su generación, como ha demostrado ya poniendo su prodigioso toque de guitarra clásico y actual a la vez al servicio de grandes flamencos como Mayte Martín ─secundó a la cantaora barcelonesa en esta misma ciudad justo tres años antes, el 7 de julio de 2020, en el Festival Etnomusic, L´Etno─ y plasmado recientemente en el magistral álbum ‘Maestros del Arte clásico Flamenco’ (2022).
Entre los músicos que le acompañan habitualmente a Poveda estuvieron el maestro Joan Albert Amargós en el piano, Roberto Pacheco (trombón), José Manuel Posada “Popo” bajo eléctrico, y Carlitos Merino en la percusión. En las palmas y voz, Carlos Grilo y Miguel Angel Soto Peña “Londro”.
Miguel Poveda y su banda, en el escenario en València./ (P. V.)
Para el primer tramo del concierto Poveda saltó al escenario con un veraniego traje de chaqueta blanco para arrancar con “La senda del viento”, la copla de Gallardo/Ortega que grabó para “Coplas del Querer” (2009). Seguidamente se fue a su amado Federico García Lorca, una proyección recordaba al poeta de Fuente Vaqueros sentado al piano ─le ha dedicado al granadino un álbum completo, “Enlorquecido” (2018), y lleva el nombre y firma tatuada en sus brazos─, en este caso eligió las canciones populares que Lorca ─músico primero, antes que escritor─ recogió, armonizó y grabó al piano con la voz de La Argentinita ─el único registro que se conserva en el que “se escucha” al poeta─.
Revisó a Joan Manuel Serrat con “Padre” (“Pare”, en el original), y recuperó de su primera memoria “Chicheando” de Juan Antonio Jiménez «Jeros», porque como Miguel reconocía la música que escuchó en cintas de cassette estaba más cerca de Los Chichos, Las Grecas, Tijeritas, Manzanita… que de Juan Talega aunque cuando se hizo con el premio del Concurso del Festival Internacional de Cante de Las Minas, Lámpara Minera de 1993, no estaba bien reconocerlo… ahora se despoja de todo prejuicio.
Desde los primeros temas Poveda tomó la bandera LGTB, se envolvió en ella y proclamó la defensa de la diversidad, la libertad y amor sin límites.
Cantó “El Gran Varon”, versión del gran tema de los años ochenta del panameño Omar Alfannno que cuenta la vida de Simón, un transexual repudiado por su padre que terminaría muriendo de sida solo y en un hospital, una historia real que fue un gran éxito de los años ochenta. La canción causó tanto revuelo al ser grabada por Willie Colón que fue prohibida entonces en muchas radios.
Ya para la segunda parte del concierto, Poveda regresó de riguroso negro y con una chaqueta con la imagen de Enrique Morente que le hizo y regaló Aurora Carbonell ─su viuda─. La noche entonces se hizo flamenca y jonda. El flamenco es el sentir de Miguel, pero en su expresión artística necesita volar más allá de ese territorio de rígidos códigos jondos. Encadenó tonás, seguirillas, soleás y bulerías, e hizo unas fantásticas malagueñas para terminar en alegrías Cádiz, por tangos y bulerías. Facultades, conocimiento y entrega no le faltan, cante solvente, poderoso y ajustado a compás.
A Camarón de la Isla se le vio proyectado en una imagen junto a Amargós y Tomatito, entonces abordaron la mítica “La Leyenda del Tiempo” ─Lorca, nuevamente─, del disco que el de La Isla grabó en 1979 y con el que revolucionó el flamenco para siempre, aunque entonces no fuera comprendido y produjo dudas al propio Camarón.
Rubricó Miguel Poveda un gran concierto con “Dame la libertad” de Juan Peña “Lebrijano”, otra muestra más de su compromiso con el arte y la vida.
Lorca, Camarón, Morente y Lebrijano han sido faros que han guiado a Poveda. “Sin riesgo no hay arte” sentenció el genial cantor del Albaicín, y tal vez ahí es donde a Miguel se le puede pedir algo más en un momento en el que ha conseguido que no solo los aficionados al flamenco vayan a disfrutar de sus conciertos.
Miguel Poveda finalizó el recital con todo el público de Concerts de Vivers en pie, encandilado por su entrega, en una firme defensa de la diversidad, de unos valores y derechos que tanto ha costado conseguir y que vuelven a estar cuestionados. Permanentemente comprometido con el arte, la música y el amor.
Joan Albert Amargós, compositor, arreglista y pianista./ (P. V.)
MIGUEL POVEDA. Concerts de Vivers. València. 7 de julio de 2023. 22h 00.
