El gran músico malí estaba considerado como el maestro de la kora, representaba la generación 71 que toca este arpa africana de 21 cuerdas y cuerpo de calabaza que acompaña a los griot (jalis) en el relato de la historia del Imperio Mandiga desde hace setecientos años.

Ha fallecido a los 58 años a última hora de esta tarde por causas que no han trascendido en el momento de escribir este artículo, aunque medios malís como www.journaldumali.com aseguran que llevaba varios días hospitalizado en la Clinique Golden Life en Bamako.

Diabaté es uno de los músicos africanos más populares y prestigiosos, a lo largo de su carrera ha internacionalizado su instrumento y grabado con grandes músicos, tanto malís como Ali Farka Toure ─hicieron dos discos que recibieron Premios Grammys─ pero también con artistas como los flamencos Ketama, ‘Shongai’ (1988) y ‘Shongai II’ (1994), con el músico de blues Tah Majal o Björk, también con Damon Albarn, Herbie Hanckock y la London Symphonic Orchestra.

Toumani Diabaté es el padre de los también artistas Sidiki Diabaté, Balla y Ahmed Diabaté.

Entrevista | Toumani Diabaté

Toumani Diabaté recibió el Premio Diversidad Cultural Pirineos Sur 2015, el legendario músico malí recogió el reconocimiento del festival oscense sobre el escenario de Sallent de Gállego (Valle de Tena), seguidamente actuó junto a su hijo Sidiki Diabaté en dúo ─editaron conjuntamenet ‘Toumani & Sidiki’ (World Circuit, 2015)─. A pie de escenario, a pocos minutos de recibir el galardón Toumani concedió la entrevista a ‘Los Sonidos del Planeta Azul’ que recuperamos en pódcast fue producido poco después, en septiembre de ese mismo año.

  Pódcast

Paco Valiente entrevista a Toumani Diabate en Pirineos Sur./ (Jorge Fuembuena)

Songhai: una fabulosa reunión de dos linajes, los Carmonas y Diabatés

Ketama, Toumani Diabaté y Danny Thompson publicaron ‘Songhai’ en 1988. El disco se editó en el sello discográfico de Mario Pacheco, Nuevo Medios. Tres décadas después el disco flamenco-africano está considerado como una referencia de la world music. Carmonas y Diabatés se comunicaron exclusivamente a través de la música, ya que hablaban diferentes lenguas. Fue un reunión magnífica de estirpes musicales con larga tradición las que pusieron a dialogar sus centenarias herencias sonoras. Por primera vez, músicos flamencos y africanos tocaron juntos compartiendo palos, ritmos e improvisaciones.