El planteamiento general del álbum de Madeleine Peyroux se sale de los parámetros más convencionales, la intención era grabar en trío, junto a su banda habitual de concierto, John Herington (guitarra eléctrica y voces) y Barak Mori (bajo), una selección de himnos profanos en una iglesia. Un repertorio que transita el cancionero americano del folk y blues, piezas donde la espiritualidad está patente, aún sin mostrarlo explícitamente; canciones de carga profunda en un lugar tan singular como una antigua inglesa (The Parish Church of Saint Mary The Virgin, construcción del siglo XII). Peyroux en sus dos décadas de trayectoria ha dado demostrado que su forma de hacer no se corresponde exactamente con las formas y tiempos de la gran industria musical, así tras firmar “Dreamland” un espléndido disco con el que se ganó a la crítica con los mejores elogios ─se llegó a comparar con la enorme Billie Holiday─, desapareció de los escenarios un tiempo, dejó los focos durante ocho años (parece que se la pudo escuchar cantar en el metro de París o con músicos callejeros). Reapareció con “Careless love” (2004) producido por Larry Klein y de ahí su carrera de ha dejado de dar excelente discos, y ganarse el aprecio del público. Al terminar una de los pases un párroco le indicó que su música estaba dotada de humanismo espiritual. Entrega piezas con un sonido extraordinario ─¡darle volumen en un buen aparato, y disfrutadlo!─, envolvente y sensual. Así es la reciente entrega de la cantante americana, diez bálsamos sonoros paganos para tiempos convulsos.
MADELEINE PEYROUX
Secular Hymns
(Impulse! / Universal Music, 2016)
www.impulse-label.com