El segundo disco de Perotá Chingó, o lo que es lo mismo Dolores Aguirre (voz, guitarra y ronco) y Julia Ortiz (voz), plasma el estado de un proyecto que sigue evolucionando, creciendo y transformándose de manera continua ─el debut discográfico llegó en 2013, junto con una larga gira llena de experiencias─, y como ellas mismas afirman su trabajo creativo “continúa descifrando esos misterios de la creación a través de la celebración colectiva”. Justo lo que han hecho en este trabajo donde además de sus ya habituales compañeros, Andrés Villaveirán (piano, teclas, bajo y voz), se han sumando una amplia lista de invitados y colaboradores, entre los que aparece Lamari de “Chambao” en “Dunas”. El universo acuoso que dibujan las argentinas imagina “una comunidad diversa, donde lo femenino y masculino se vuelvan uno, donde el fuego sea la chispa de un nuevo comienzo”. Y así es desde 2011 cuando comenzó su aventura común, aunque ya se conocían desde la infancia nunca imaginaron que se lanzarían a la carretera, a los conciertos en salas… y que sus actuaciones tendrían tan buena acogida y que las redes sociales serían el universo intangible que les pondría en contacto con su público. “Todo hombre es una isla que flota en la mar” dicen en “L´amar”. Sonidos latinoamericanos y otras texturas para temas líricos, soñadores y vitales. “Desde que el mundo es mundo la mujer convirtió lo cotidiano en milagro y la oralidad en poesía”, y el dúo hacen de perfectas transmisoras de ese pequeño milagro que ilumina los pasos de los corazones abiertos. Entre los diversos detalles de un álbum cuidado con mimo son los mandalas que ilustran cada una de las canciones, en forma de tarjeta postal, obra de Saulo Jahnause, que están inspirados en las variadas formas en que cristaliza un copo de nieve, el agua en su fase sólida con formas únicas, irrepetibles y geométricas. Un trabajo delicado, sensible y cadencioso, libre como sus propia carrera artística que autogestionan.
PEROTÁ CHINGÓ
Aguas
(2017)
www.perotachingo.com