El agua es vida, no se podría subsistir sin el líquido elemento. Y la música, como el agua para la vida, nos resulta imprescindible en para vivir, compartir y transmitir. Todos los mares del planeta azul son el mismo, la misma agua. “En el mar del silencio, existe una tierra sonora llamada Zaruk” podemos leer en las páginas del libreto que acompaña el segundo disco de Iris Azquinezer (violonchelo) y Rainer Seiferth (guitarra). Si en el primer trabajo del proyecto revisaron el cancionero de los sefardíes, ‘Hagadá’ (2016), aquí parten de tradición sefardí, “Si la mar fuera de leche”, de puente, para llevarnos por un repertorio que tiene presente el agua en diferentes contextos, formas y lugares. “Es mar que calma la sed de un pozo; lágrima que corre aguas arriba hasta la fuente; gota que alberga un Danubio; las aguas turbias de un copo de nieve”. Al dúo se unen la voz de María Berasarte, Andreas Prittwitz y David Mayoral. En total hay 14 cortes, con temas propios, junto a otros tomados de Tarrega, Sibelius, de la tradición aragonesa, portuguesa. Además, incluyen breves piezas instrumentales, improvisaciones a partir de las tomas iniciales, y que a modo de interludios marcan el desarrollo del repertorio. Estas aguas sonoras lejos de sobresaltarnos nos invitan al sosiego, a la escucha de los detalles musicales y refrescantes melodías.
ZARUK
Agua
(Rosevil, 2022)
www.irisazquinezer.com/zaruk