- El músico canario falleció el miércoles 4 de junio de forma inesperada a la edad de 38 años.
José Antonio Ramos, uno de los máximos renovadores e impulsores del timple canario, murió a primera hora de la tarde como consecuencia de un infarto de miocardio mientras efectuaba ejercicio físico en el estudio de la productora Soldomilare en Las Palmas de Gran Canaria donde estaba terminando de grabar su nuevo disco. “Very Jar” sería su quinto disco en solitario y se iba a publicar este mismo mes de junio. El viernes 6 de junio el programa “Los sonidos del planeta azul” estará dedicado a repasar su trayectoria musical.
Describió el timple José Antonio Ramos durante la entrevista realizada en el programa “Los sonidos del planeta azul” en febrero de 2006, como “una especie de guitarrita, del tamaño de menos media guitarra española. Según los musicólogos es un instrumento que procede de los guitarrillos ibéricos, que se repartían por muchos puntos de la península, como Aragón, Valencia y Mallorca, que a su vez procedían de la guitarra barroca europea que tenía varias tesituras entre ellas la guitarra soprano o tiple. De ahí, de la palabra tiple que derivó a timple. Se originó en Canarias pero tiene parientes en repartidos por todo el mundo como el charango andino, el cuatro venezolano, el ukekele, el cavaquinho, el timple colombiano”. José Antonio Ramos, junto a Benito Cabrera (Lanzorote) y Domingo Rodríguez “El Colorao” (Fuerteventura), son los responsables de la evolución y difusión del instrumento, de sonido brillante y alegre.
José Antonio Ramos (Las Palmas de Gran Canaria, 1969-2008) ha sido un maestro del timple. Comenzó a los 8 años, con el maestro Totoyo Millares, toda una institución. Cursó estudios de guitarra clásica, en el Conservatorio Superior de Música de Canarias. Bebió de fuentes diversas: con maestros de improvisación, con músicas cercanas al jazz y las músicas modernas, en definitiva aprender para luego llevarlo alinstrumento que fue su principal medio de expresión.
En el disco de José Antonio Ramos “15 años de timple” (Irina Records, 2005), incluyó 34 composiciones (134 minutos en total), grabaciones que se remontan al año 1990, justo el año que considera comenzó a profesionalizarse. Este es un disco recopilatorio no sólo con extractos de su propia discografía sino con visitas que ha hecho a discos de otros artistas e incluyendo rarezas, con músicas para teatro, documentales de tv, publirreportajes y conciertos.
En el año 89 recibió el Premio Nacional de Música Folk para Jóvenes Intérpretes y crea el Trío Timble. Graban dos discos “Más que un sueño” (1990) y “Tanekra” (1994). En ellos hacían versiones de temas tradicionales canarios pero con un tratamiento de música de cámara. También incluyeron muchas versiones (algunas de Leo Brower, Gainsbourg, un estandar de jazz como “Alice in Wonderland” o Enya). Buscaban nuevas formas de expresión para el timple fuera de la música canaria, sobre todo querían evolucionarlo en la interpretación. Aquella fue una etapa de experimentación.
Ya en solitario en 1998 publica “Los cuatro gigantes” y ofrece el primer concierto para Timple y Orquesta Sinfónica compuesto conjuntamente por J. A. Ramos y Joan Valent. Explicó que “lo que parecía una locura fue un éxito”. Luego llegarían “Puntales” (2000) y “Jeito” (2001). Junto al pianista valenciano Polo Ortí editó “Para timple y Piano” (2003) y con Andreas Prittwitz “Y” (2004), un flautista que ha estado como productor desde su primer disco. También en 2004 grabó “Los versos de la vida” con la voz y poemas Pedro Lezano.
Las colaboraciones en discos y conciertos son numerosas. De Canarias destaca las colaboraciones con Rosana, Los Sabandeños, Mestisay, Taburiente, Artenara o Mariví Cabo. Fuera del archipiélago ha trabajado con Carlos Núñez, Kepa Junkera, Jorge Pardo y Juan Manuel Cañizares. El tresero cubano Pacho Amat o el intérprete de banjo americano Bela Fleck, de quien afirmó “fue una de las experiencias más impresionantes que he realizado”. Porque tocar junto a otros músicos fue siempre una aventura buscada José Antonio Ramos, así afirmó que “las colaboraciones es una de las cosas que más me agradan de la música, el poder encontrarme con alguien con el que no he trabajo, con un instrumento con el que nunca se ha unido el mío, me ha dado muchas alegrías y satisfacciones, sobre todo espirituales. Son cosas que te van creando un poso de anécdotas y músicas que se funden con mi propia sensibilidad”.