En las canciones de Alberto Alcalá escuchamos un refinado destilado prosístico y sonoro que refleja el complejo, diverso e intercomunicado mundo que nos ha tocado vivir, de un sur ibérico cosmopolita con mil raíces, culturas y sabores. “Resuena a lo andaluz de siempre y abre puertas al futuro que seremos, con la lucidez del que sabe bien que el oficio requiere de esmero y perseverancia” dice el cantautor gaditano Javier Ruibal en las notas que ha escrito para el disco de Alcalá y que puede ser uno de sus influencias (le acompaña en la pieza que abre el disco, «El viajero»). Se declara atraído por el flamenco y por la copla, natural para alguien nacido en Antequera (Málaga), también por géneros no tan evidentes como la bossa nova y el tango, en algún momento aparecen acordes del jazz monouche y el jazz latino. El oficio de cantautor lo entiende como un “proceso creativo en el que la música y la palabra debe fluir amparadas en la tradición”, sin descartar enfoques personales y nuevos trazados sonoros. Para la producción ha recurrido al genial Diego Guerrero, y cuenta con colaboraciones de primera fila como las aportaciones de Jorge Pardo (flauta), Javier Ruibal y Miguel Ángel Márquez (Antílopez). La vocación literaria le lleva a crear letras que cuentan historias con situaciones ficticias o reales, unas y otras pasan su tamiz y las defiende desde los escenarios de santuarios para la canción como La Tertulia de Granada al Pay Pay de Cádiz. Paso a paso, canción a canción, escenario a escenario,… una joven generación de cantautores están creciendo alimentadas por el legado de maestros trovadores -de León Giego a Santiago Feliu, Jorge Drexler o el maestro Paco Ibáñez- que han inoculado el arte, la sensibilidad y creatividad de estos jóvenes cantautores. El relevo generacional parece garantizado en artistas como este malagueño.

ALBERTO ALCALÁ
Ensayo y Error
(Oído Records, 2014)
www.oidorecords.com