De Mongolia, desde las montañas que hay en el oeste del país –de las que toman el nombre, Altaï y Khangaï–, llega este trío que se constituyó hacia 1995, que no se ha conformado con interpretar un folklore ancestral, además han creado un repertorio nuevo que forma parte de este disco sobrecogedor. Por encima de todo destaca la voz gutural, profunda, emotiva y conmovedora, que posee una belleza natural singular donde el los ecos de los cascos de los caballos al trote son los protagonista. El morin juur es el instrumento de cuerda frotada más característico y emblemático de la cultura mongola, construido a partir de una caja de resonancia trapezoidal y cuerdas de crimes de caballo. También interpretan el yatga, la cítara con trece cuerdas metálicas pulsadas por los dedos; y la cítara yoochin de caja trapezoidal con veinte cuerdas metálicas y que se golpean con macillo; el tovshurr, un laud de caja cuadrada y tambores. Enignático y exótico es el canto bifónico, elemento vocal siempre sorprende en su escucha: la emisión de un nota fundamental a partir de la cual se producen una serie de harmónicos. Aquí Ganzorin Nergui hace uso de varias formas de esta singular técnica de canto jugando con tres registros, agudo, medio y grave. Una tradición musical milenaria y reveladora de un forma de asimilar la naturaleza más salvaje, agreste y cruda.
ALTAÏ KHANGAÏ
Ongod
(Buda Musique / Connex Música, 2014)
www.connexmusica.com