Con el álbum ‘Tucson-Habana’ (2010) Amparo Sánchez emprendió un viaje vital y artístico nuevo, se decantó por un repertorio más personal, íntimo y acústico. Hace apenas dos años que se estrenó como solista tras dar en 2008 por finalizada su etapa artística bajo el nombre de “Amparanoia”, el grupo que tubo desde 1997, con el que editó siete discos en once años de trayectoria y que le llevó por todo el mundo ofreciendo más de un millar de conciertos donde acuñaron un personal estilo ‘mestizo’. “Ya hacía bastante tiempo que tenía ganas de hacer algo más sutil e íntimo, para poder tocar en público de otra manera y que se deje llevar por la música y por mi voz”, ha explicado en alguna ocasión la cantante nacida en Alcalá la Real (Jaén) que tras pasar por Granada despegó profesionalmente en el barrio madrileño de Lavapiés. Ahora, en su segunda producción alcanza un punto de madurez en el que destaca los placeres de la vida en cualquiera de sus estados. En buena parte de los trece temas que ha grabado el pasado mes de agosto en Barcelona, piezas donde está la rebeldía innata y la amistad presentes, está acompañada de amigos como la cubana Mane Ferret, Arianna Puello, Muerdo, Caléxico, Bebe, De Pedro, Howe Gelb, Charlart´58 y Bongo Botrako. Quiere dedicar su trabajo a quienes le siguen, a sus “cantaroes y cantaoras”.