El origen del álbum fue el encargo que recibió Antonio Serrano del festival de música clásica de Sarajevo, Olivier Dragojević que ya conocía bien las extraordinarias cualidades de Serrano le sugiere un prepare un repertorio clásico con su armónica. Entonces pensó en Constanza Lechner para acompañarle en esta aventura y con quien ya había trabajado aunque fuera de los escenarios. Se trata de un instrumento muy popular, pero la presencia de la armónica en la música clásica no es tan frecuente. Para Serrano, considerado como uno de los más importantes en todo el mundo, se trata de un instrumento muy parecido a la voz por los registros que se pueden conseguir, por lo que puede hacer la función vocal en todo los estilos que conocemos, incluido la clásica. En su caso toca la armónica cromática, tiene todas las notas y no hace falta cambiar de instrumento para tocar en otra nota, como también ocurre en los de viento. Transportar las partituras a piano y armónica, esa es la estrategia que ha seguido en este proyecto, se han fijado en grandes clásicos del siglo XX, desde Enrique Granados a Manuel de Falla, Carlos Guastavino y Astor Piazzola, autores de uno y otro lado del Atlántico. Si bien empezó en el mundo del clásico, en los años 90. Entre sus grandes referencias apunta al gran maestro belga Toots Thielemans (1922-2016). Ante la falta de espacio para tocar experimentó con la improvisación, el jazz, blues, el flamenco donde formó parte durante una década del sexteto de Paco de Lucía. La suma de dos grandes músicos, dos virtuosos de sus instrumentos, que se entregan en la interpretación de joyas musicales, donde juegan con la melodía, la intercambian, y donde en algunos casos la armónica asume el papel de la voz. El piano acompaña y la armónica canta, la conjugación de ambos en las partituras hace que el resultado final sea brillante, original.
ANTONIO SERRANO & CONSTANZA LECHNER
Antonio & Constanza
(Kamala, 2019)
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