Se trata del primer álbum en solitario de Antonis Antoniu, el fundador e impulsor de dos bandas de éxito como Monsieur Doumani y Trio Tekke. El título significa suerte, destino, una palabra que es utilizada tanto por grecochipriotas como turcochipriotas, las dos comunidades más importantes que habitan Chipe, isla mediterránea con una turbulenta historia en la que se han escrito algunas páginas oscuras como la propia división de la isla y los continuos enfrentamientos políticos entre ambas comunidades; esta situación resulta insoportable para quienes creen en la paz y se resisten a aceptar el destino del lugar donde viven. Con este trabajo que incluye una decena de temas, Antoniu ha creado la música a partir de los dos meses de confinamiento obligatorio en Nicosia ─su ciudad─, y la reflexión ante la imposibilidad de moverse, y las hileras de barriles llenos de hormigón que dividen las calles de la ciudad como fantasmas del pasado, “en un nivel simbólico, estas filas de barriles podrían verse como expresiones materiales de alineación entre las personas, abismos y corrupción en la sociedad”. Reescribe el ‘kkismétin’ mediante sonrisas en lugar de dolor, abrazos en lugar de hostilidad, de puentes y vías abiertas en lugar de puntos de control y muros. Va de la música clásica hasta el jazz, el rock, el arte tradicional, el experimental y sonoro; las melodías de Oriente Medio del oud, sintetizadores y riffs de guitarras vanguardistas.