Hacia los años cincuenta del pasado siglo XX en la poblaciones de Haití irrumpieron unos nuevos ritmos de textura artesanal que denominaron konpa, un sonido bailable que rápidamente se extenderían por todas las calles y que llegarán a ser el alma sonora de toda la isla, el konpa lakay. El cóctel sonoro sería el resultado de influencias diversas donde el son tiene un especial relevancia gracias a los cortadores de caña haitianos. Pero el sonido predominante es el del banjo, hasta dos instérpretes del instrumento forman parte de este sexteto donde además de la voz cantante está la percusión de la manouba (marimbula) –caja de madera de gran tamaño con una filamentos metálicos cubriendo el orificio de salida– marca el compás de las piezas, junto a la calve (kaskayèt) y los tambores. El grupo se fundó hace una decena de años en Puerto Príncipe, desde sus inicios han dado continuidad a una tradición musical surgida en las calles, como animadores de plazas e imprescindibles en las fiestas privadas. Este proyecto rememora tiempos mejores, donde las orquestas callejeras interpretaban multitud de piezas, pero también unos años donde el turismo llenaba la hista caribeña y que hoy es raro de encontrar. Son otros tiempos pero Boulpik no renuncian a cantar a la paz, al amor y su país, dignidad ante la abversidad. Cadencias irresistibles, sonido tradicional y rudimientario, un resultado musical magnífico.
BOULPIK
Konpa Lakay
(Lusafrica, 2014)
www.lusafrica.com