Son uno de los proyectos musicales africanos más frescos y vitales del último lustro, y estamos hablando de un fértil, basto y privilegiado –musicalmente hablando– espacio del planeta. Con el segundo disco Debademba se afianza como una de las referencias más interesantes de la costa occidental del continente en el siglo XXI gracias a las piezas que interpretan, aun sin despenderse ni por un instante de su africanidad están abiertas otras sonoridades globales (han asimilado elementos estéticos del fado y flamenco) y formas de producción contemporáneas. La manera de ententer la música del dúo tal vez conecta con agrupaciones como los veteranos senegaleses Touré Kunda (“familia elefante”) o los ahora muy populares malís Amadou et Mariam, han dado con una fórmula que les puede valer para romper etiquetas manteniendo su propia identidad cultural. El colectivo, que en lengua bambara significa “la gran familia”, reúne al extraordinario guitarrista de Burkina Faso Abdoulaye Traoré y autor de las letras y músicas, y el cantante malí Mohamed Diaby un griot carismático que partió de Bamako (Malí) a Costa de Marfil y de ahí saltó a Europa. El dúo se conoció en Abiyán -ciudad del continente por la que casi todos los músicos que conocemos han pasado en los primeros pasos de sus carreras- en desarrollo de un concurso de jóvenes talentos, pero será el barrio parisino de Belleville donde desarrollaron sus canciones al calor de pequeños locales, cafés y clubes donde han compartido escena con jóvenes valores llegados de las antiguas colonias francófonas y que hoy son las nuevas estrellas de la música africana. Se trata de un proyecto acústico muy cuidado, con gran fuerza, donde la conmovedora voz y los acordes de la guitarra son el eje central de las piezas compuestas por Abdoulaye, temas que hablan de aspectos y sentimientos personales cotidianos y que están tejidos con armonías traídas de sus tierras, ritmos que van desde la esencia del blues de los mandiga a el dulce afrobeat, el highlife, un cadencioso mbalx… todos influenciados por mil aromas de los que se han impregnado en las sesiones musicales junto a jóvenes artistas como su gran amiga Fatumanta Diawa que hubiera participado en el disco de no ser por sus compromisos.
DEBADEMBA
Souleymane
(World Village / Harmonia Mundi, 2013)
www.harmoniamundi.com