Djeli Moussa Diawara (Kan Kan, 1961) es un griot contemporáneo, tus raíces están firmemente ancladas en la tradición mandinka ─etnia africana que se extiende por Mali y Guinéa, y que también se encuentran en Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea Bissau, Gambia, Sierra Leona y Liberia─, pero ha sabido actualizarlas acercándolas a otros ritmos africanos, texturas sonoras latinas y los ritmos fraguados tanto con bases tanto acústicas como la electrónica. La fórmula creativa con la que experimenta recuerda al añorado Mory Kanté (1950-2020) ─su hermano por vía materna y a quien le dedica este álbum─, uno de los músicos más importantes del continente a mitad de los años 80 hizo bailar a todo el mundo con su gran éxito ‘Yéké Yéké’. Canta y toca la kora, en su caso de 32 cuerdas ─habitualmente tienen 21 o 22─, un modelo único que ideó para poder tocar las escalas mayor y menor que le faltan al instrumento tradicional. Desde finales de los 70 se mudó a Abidjan (Costa de Marfil) donde acompañó a su medio-hermano que terminaba de dejar la legendaria Super Rail Band, en 1983 casa su primer disco propio, ‘Yasimika’ ─considerado ahora como un referente de la música africana─; se instala en Francia, desde París publicó ‘Flamenkora’ (1998) en una mixtura con de ritmos latinos con la tradición del antiguo imperio Mandika ─como ya habían hecho Ketama y Toumani Diabaté con ‘Shongai’ (1988) con gran éxito─. Creo kora Jazz Trio, con el que sacó tres discos entre 2003 y 2008. Entre las colaboraciones  con otros artistas destacan los trabajos para Ali Farka Touré, Manu Dibango, Carlos Santana, o Cheick Tidiane Seck. En este disco se alía con el productor y muti-instrumentista de la isla de Guadalupe Jean-Baptiste Ferré. Melodías ancestrales traducidas a las pistas de baile modernas.