La cantante, instrumentista, compositora, arreglista y productora portuguesa ha dejado pasar algunos años antes de entregar una nueva producción, este trabajo que supone un viaje hacia el interior, una peregrinación espiritual a lo más profundo (puede que sea el más fascinante que podamos realizar). Su álbum anterior se remonta a 2009, “Momentos”, y también eran dos discos. Las veintidós canciones que ha grabado Dulce Pontes las distribuye a partes iguales diferenciándolas por el título que bajo el que reúne cada manojo de piezas. En el primero, “Nudez”, reúne piezas portuguesas; en el segundo, “Puertos de abrigo”, hace temas donde el castellano es la lengua en la que canta composiciones que van desde canciones argentinas, dos en galaico-portugués y una más en inglés con la que cierra la obra. El trabajo ha sido desarrollado durante cinco años, un tiempo que ha pasado entre Lisboa y Bragança, en Tras-Os-Montes (región del noroeste de Portugal), a modo de refugio donde ha encontrado la calma y la inspiración, aunque luego lo ha grabado entre la capital lusa, Buenos Aires (Argentina), Roma (Italia) y Cuba. Entre los temas portugueses hay números propios, en letra y música, y revisiones personales, atmosféricas en muchos momentos pero con el acento personal de Pontes, el que lleva la huella de su genio creador; está “Grándola Vila Morena” de José Afonso, y “Grito” de Carlos Gonçalves y Amália Rodrigues (a ambos desde sus primeros discos los ha reivindicado como padres artísticos). En el disco en castellano, hay una curiosa selección de grandes temas, desde versión en La Bohemia (Aznavour), la revolucionaria “La Leyenda del Tiempo” (Camarón/R. Pachón/F.G. Lorca), una valiente aproximación a “Alfonsina y el Mar” y al gran Carlos Gardel con “Volver”, y el magistral Piazzolla. Una Dulce Pontes entregada, sensible y libérrima, en estado puro.
DULCE PONTES
Peregrinação
(Ondeia Musica / Karonte, 2017)
www.dulcepontes.info