Tras el nombre del proyecto, Duotone, se encuentra Barney Morse-Brown. El músico británico teje una atmósfera de notas con su violonchelo que junto con el apoyo de la electrónica y los loops hace que se multipliquen las pistas de sonido hasta armar un discurso musical místico, melancólico y hasta mágico. Pero antes de ir al álbum, sepamos quién es Morse-Brown: en su biografía se dice que aprendió a tocar el violonchelo a los seis años, estudió en el Royal Welsh College of Music & Drama y ganó una beca de violonchelo barroco en el Royal College of Music. En su hoja de servicios hay conciertos con su propio proyecto y al servicio de otros artistas como Eliza Carthy o el multi-premiado Birdy. Afirma el compositor y multiinstrumetista que sus obras están basadas en la vida, la muerte y el arte, porque tal vez lo mejor que el ser humano puede hacer a lo largo de la vida es crear, así lo viene desarrollando en su trabajos ─Work Harder & One Day You´ll Find Her” (2009), Ropes (2011) y Let´s Get Low (2015)─, hasta llegar al cuarto álbum en el que un libro de pinturas de Victoria Crowe ha desencadenado la ocho piezas que entrega. La voces y los instrumentos cuenta la historia de Jenny Armstrong, su vida arrancó con el siglo XX en una granja en Failiehope, los paisajes rurales escoceses que transitó aquella pastora en la que Barney ha encontrado paralelismos. En ese disco interpreta voces, violonchelo, guitarras ─tanto la acústica, como clásica y eléctrica─, percusión y bajo; y en algún tema aperece Jane Griffiths en viola, violín y piano. Tiene un aire de algo que tal vez se pudiera definir como classic-pop, una sutil elegancia en las piezas de Duotone, una melancolía universal y un mundo onírico amable.
DUOTONE
A Life Reappearing
(Duotone, 2020)
www.duotonemusic.com