En la traducción, trasmutación y reformulación de las músicas tradicionales a los códigos actuales podemos encontrar diferentes corrientes, cada una con sus particularidades y aciertos (o no). La lectura contemporánea de las piezas populares, su contextualización e innovación garantiza el relevo generacional (aunque no es garantía). De manera natural pasado en el tiempo de forma oral; con la llegada de la posibilidad de dejar un registro sonoro ─foto sonora fija─ y el tratamiento en el estudio de grabación es abre un abanico enorme de posibilidades. Así, los instrumentos acústicos se pueblan de cables y se electrifican. Roger Andorrà ha toma la gralla y temas tan clásicos como “Toc de castells”, “Virolai” o la “Malaguenya de Barxeta” y se ha puesto a experimentar ─injertar, en la traducción del catalán del título─, que sería las posibilidades para desarrollar un concepto musical novedoso. Y para la ocasión recurre a un productor de lujo, Llibert Fortuny, uno de los músicos catalanes vinculado al mundo del jazz que está en esa misma línea de trabajo, y que aporta aquí las bases electrónicas, ewi ─instrumento electrónico de viento con altavoz incorporado─ y el saxo tenor. Además, en las colaboraciones están: Miguel Gil (voz), Anna Gabriel Sabaté (voz), Els Laietans (voces), Jordi Sant (voz) y Mireia Farrés (trompeta). Una vía se abre con este acercamiento muy experimental a las formas contemporáneas electrónicas, el tiempo ─filtro infalible─ dirá el nivel de aceptación de este primer álbum del proyecto.
ELECTROGRALLA
Empelt
(Segell Microcopi, 2020)
www.microscopi.cat