Después de casi cuatro años de trabajo ve la luz el primer disco del grupo Evo, el cuarteto liderado por Efrén López (L´Ham de Foc, Aman Aman, Sabir,…), el primer trabajo donde el valenciano ha conducido todos y cada uno de los minuciosos detalles del álbum.
Se trata de un proyecto novedoso conceptual y musicalmente donde han grabado una colección de piezas exclusivamente medievales. Un repertorio que han recuperado de antiquísimas publicaciones y que abordan desde el rigor histórico pero también haciendo una interpretación contemporánea para la que hacen uso de ornamentaciones e improvisaciones sustentadas esta la estética de la época. Hay creatividad pero con rigor musical histórico.
Las obras seleccionadas para el álbum, donde la mujer es el origen y centro de los contenidos, se remontan a los siglos XII, XIII y XIV, en su mayor parte pertenecen a trovadores occitanos (más el gallego Martín Códax), pero también hay danzas instrumentales italianas. Son obras de excelencia poética y musical recopiladas de antiguos manuscritos, entre los trovadores incluidos están Bernat de Ventadorn, Berenguer de Palau, Jaufre Rudel, Folquet de Marsella, Jehan de Lescurel y Raimon de Miraval; más otras obras de carácter anónimo del mismo período.
Para hacer este repertorio el compositor y multiinstrumentista valenciano -de gran experiencia en la interpretación de estas piezas medievales en grupos como Els Trobadors, pella de Ministrers, Estampie, Oni Wytars- ha contado con músicos que provienen tanto de la música antigua como de la tradicional y el rock que consiguen con su bagajes artísticos dar un resultado sonoro novedoso a las partituras. Participan Laia Puig (viento) y Miriam Encinas (viento y percusiones) y el cantante Iván López (vocalista del grupo de rock/electrónica The X) que aporta una tesitura vocal e interpretativa sobrecogedora, un registro sorprendentemente atemporal y absolutamente inclasificable. Además, también forman parte del elenco de músicos en el disco Pedram Khavarzamini (tombak), Aleix Tobias y Diego López (percusiones) y Pau Marcos (viella).
El álbum de Evo ha seguido un largo proceso de maceración, con los conciertos como plataforma de experimentación en vivo y el estudio de grabación para perfeccionar al máximo cada una de las intervenciones. Ha llevado tiempo tanto la selección del repertorio, como la de los músicos que integran el grupo y participan en la grabación, una labor que supone un trabajo intenso de desarrollo de las capacidades de todos los miembros y los enfoques dados para hacer del resultado una pieza única y valiosa.
El disco ha sido registrado en diversos estudios, desde Alhama de Murcia donde se produjeron las primeras grabaciones, a Valencia y Girona, para llegar a la isla de Creta donde se completó en diciembre de 2011.
Evo aborda de manera original y contemporánea piezas de las que se conserva escasa información de cómo eran interpretadas, un trabajo erudito sobre un repertorio centenario que ha conseguido pervivir a los años a veces de manera azarosa. Aquí se dota a las obras de vigor, energía y vitalidad gracias a los arreglos y el conjunto de improvisaciones que realizan siendo respetuosas con las formas musicales de la época y alejadas del academicismo con el que habitualmente se tratan.
Un registro impecable para una música que resulta intemporal en los temas que trata, con la mujer y el amor como epicentro de los sentimientos humanos. El sonido del disco resulta cristalino, tan ancestral como vanguardista, imperecedero. El primer disco de Evo es pura magia poética medieval, bella ingeniería sonora contemporánea, embriagadora y hermosa vanguardia, música desnuda de artificios, serena y preciosa.
EVO
Eva
(Songsurfer, 2012)
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