Mieczyslaw Weinberg (Varsovia, 1919 – Moscú, 1996) es uno de los compositores más importantes de su época -un compositor al mismo alto nivel de Shostakovich (con quien mantuvo una fuerte amistad y relación profesional gracias además a la proximidad de sus domicilios que permitía frecuentes encuentros) o Prokofiev- aunque su obra no es suficientemente conocida, valorada e interpretada. El compositor judío de origen polaco fue un prolífico creador -su obra incluye siete óperas, veintidós sinfonías, diez conciertos, diecisiete cuartetos de cuerda y una vasta producción piezas de cámara y páginas vocales- que tuvo que compaginar la doctrina oficial de la Unión Soviética y su propia libertad artística teniendo su faceta más productiva en las década de los años 60 y 70. Dice el violinista Gidon Kremer que está «muy contento de que el mundo esté reconociendo poco a poco a Mieczyslaw Weinberg como un importante compositor. Su gran colega y amigo Dmitri Shostakovich habría sido enormemente feliz por esto. Espero que muchos artistas se sentirán atraídos para investigar su legado musical. Para mí personalmente, el tesoro de sus composiciones sigue siendo una fuente constante de entusiasmo e inspiración”. Kremer junto a la Kremerata Báltica -a grupación que fundó el violinista y director de orquesta letón en 1997- con los solistas Daniil Grishin (viola), Giedrė Dirvanauskaitė (violoncello), Daniil Trifonov (piano) y Danielis Runinas(contrabajo) han grabado cinco de sus obras, páginas que presentan diversos formatos como la sonata (compuesta en 1978), trío (1950), sonatina (1949), concertino (1948) y sinfonía (1968), y que dan una idea global de las capacidades artísticas del Weinberg.
GIDON KREMER · KREMERATA BALTICA
Mieczyslaw Weinberg
(ECM Records / Distrijazz, 2014)
www.distrijazz.com