En los primeros años de la década de los 70 la tradición flamenca se encontró con la música que se estaba creando en Gran Betaña y Estados Unidos y que estaba entrando en una España muy diferente a la que hoy conocemos; el flamenco en fusión con el rock progresivo dio lugar a proyectos que marcaron un nuevo rumbo en la música de Andalucía y en el resto del país. Bandas como Triana, Alameda, Cai, Imán Califato Independiente y Medina Azahara marcaron el canon de lo que se ha dado en llamar ‘rock andaluz’ y que algunos prefieren denominar rock español con raíces. A finales de la década de los setenta, finalizada la dictadura, aprobada la Constitución y elegido democráticamente el primer Gobierno. Corrían aires de libertad, cambio y oportunidad  para abrirse a otras estéticas, era el momento de romper moldes. En 1979 Triana publicó su tercer álbum, ‘Sombra y Luz’, Camarón sacó ‘La Leyenda del Tiempo’ (fue el primer disco en el que prescindía “de la Isla” y que fue un rotundo fracaso comercial aunque hoy se le considera magistral), y en ese contexto surge Guadalquivir , o lo que es lo mismo:  Luis Cobo “Manglis” (guitarra), Andrés Olaegui (guitarra), Pedro Ontiveros (saxo y flauta), Jaime Casado (bajo) y Larry Martin (batería). El grupo lanza su debut, el “disco verde” ─por el color del vinilo─, una colección de temas instrumentales sobre la base estructurales y rítmicas del flamenco, el jazz-rock, ahí estaban piezas memorables como la que toma el nombre del proyecto, ‘Baila Gitana’, ‘La Danza de los Tigres’, ‘Generalife’,… Desde entonces han pasado ya cuatro décadas y se ha escrito una “Historia del Rock Andaluz” (Almuzara, 2018), su autor es Ignacio Díaz Pérez, no porque esté muerta esa vía creativa, más por organizar todo lo publicado y contextualizarlo. Puede ser el momento adecuado para que aquella banda que hacía música sin pretender hacer historia vuelva a juntarse y abordar aquellas composiciones con todo lo aprendido y asimilado. Manglis, Olaegui y Ontiveros han ido más allá de calcar las composiciones, las han reinterpretado para volverlas a publicar, con el añadido de “Camino del concierto”, que salió en el segundo disco, y algún nuevo compañero de viaje que da forma al septeto. El resultado es una nueva colección que conserva las vibraciones de las tomas originales, pero incluye la madurez de los virtuosos instrumentistas que las forjaron en el seno de una sociedad que estaba por construir y una escena artística brillante, innovadora.

GUADALQUIVIR
40 Aniversario
(Guadalquivir, 2019)
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