La doble ascendencia de las raíces de Harold López-Nussa (La Habana, 1983), cubanas y europeas, son los elementos geográficos y académicos que forman parte del código genético musical de este joven, enérgico y talentoso pianista. Por el lado caribeño le llegan las enseñazas de la gran escuela pianística cubana de la que tantos maestros hemos conocido en las últimas décadas y que tiene al gran Chucho Valdés como el gran patriarca, una isla que ha dado una legión de grandes interpretes desde Omar Sosa a Roberto Fonseca, Gonzalo Rubalcaba o Pepe Rivero, cada uno con su personalidad, sus características propias, siguiendo en mayor o menor medida la tradición afrocubana. Este “nuevo día” supone para el joven músico alzarse en cada jornada con la ilusión de encontrarse con nuevos retos, superar los conseguidos y disfrutar más a cada momento con la música. Este álbum (en una discografía que arranca en 2003 con obras de Villalobos) supone regreso a su isla natal, lo ha grabado en La Habana, y trabajar con los músicos que habitualmente allí le acompañan, después de sacar su dos anteriores discos en Francia (y para el mismo sello donde termina de publicar). Está acompañado de Mayquel González en la trompeta, Gastón Joya en el contrabajo y Ruy Adrián López-Hussa (su hermano), donde se produce una perfecta complementación, diálogo y desarrollo de los temas. Como novedad ha introducido un piano electrónico para interpretar sus composiciones. López-Nussa, que acompañó durante tres años en las giras internacionales de Omara Portuondo, pone de manifiesto no solo una impecable, ágil y vertiginosa técnica interpretativa, además, una especial dotación para la composición -también ha creado bandas sonoras- y los arreglos. Piezas de elevado voltaje eléctrico que se combinan pasajes líricos, cadenciosos y de una natural belleza.
HAROLD LÓPEZ-NUSSA
New day
(Jazz Village / Harmonia Mundi, 2013)
www.harmoniamundi.com