La publicación en 1997 del proyecto “Buena Vista Social Club” de Ry Cooder hizo posible la recuperación de músicos veteranos cubanos ya retirados tales como Omara Portuondo, Compay Segundo, Rubén González, Manuel “Puntillita” Licea, Pío Leiva o Ibrahim Ferrer. Hace una década, al final de sus vidas, comenzaron una segunda carrera musical que vino cargada de éxitos: giras mundiales, una película documental dirigida por Wim Wenders, premios Grammy, discos personales,… Músicos de edades avanzadas que han ido desapareciendo en los últimos años, ese es el caso de casi todos los citados, también el de Ibrahim Ferrer (Santiago de Cuba, 1927-La Habana, 2005). Había publicado en los últimos años un par de discos propios pero aún tenía pendiente un trabajo íntegramente de boleros, era su gran ilusión, un sueño que no pudo ver culminado en vida. A los dos años de fallecer se publica “Mi sueño” un disco donde se recogen doce boleros interpretados de forma magistral con su voz suave, cálida y serena: “Dos almas”, “Si te contara”, “Quiéreme mucho”, “Quizás” (a dúo con Omara Portuondo con el piano de Roberto Fonseca) o “Alma libre” son algunos de los números incluidos. Se grabaron en los ya míticos estudios Egrem de La Habana y la producción, una vez más, fue de Nick Gold junto a Roberto Fonseca.