Si queremos obtener resultados diferentes hay que dejar de hacer siempre lo mismo. En la música esta idea también funciona para logar no solo un nuevo resultado si no para llegar a la cumbre de la excelencia. Así lo han entendido Isabel Vinardell (voz, palamas, teclado y percusiones) e Isabel Laudenbach (guitarra, coros, acordeón y efectos), para grabar los diez temas que entregan en una maravillosa caja de cuidado cartón ─un valioso cofre que incluye una bella colección de tarjetas diseñadas para cada número─. Las isabeles llevaron lo necesario para grabar a lugares únicos, espacios que no fueron concebidos como un estudio pero que dan la mejor sonoridad. Un lugar distinto para cada canción, como si el espacio elegido fuera parte de la historia a contar, y a cantar. Ya sea en el marco de una cueva, una fábrica abandonada, un bosque, una almazara,… aportan una resonancia que se ajusta como una piel a cada pieza, como una sedosa cubierta sonora. Entre las joyas la versión de la canción de Lhasa de Sela, o la de Roberto Carlos, letras de Alfonsina Storni, Clara Janés, José Hierro,… Desde el silencio, solo su música puede dar más sentido a la quietud de cada emplazamiento. La belleza incomparable de las pequeñas cosas. Aun con los ojos cerrados la escucha da pie a mil imágenes.
ISABEL VINARDELL & ISABELLE LAUDENBACH
A Solas
(Chespik, 2016)
www.chesapik.com