Kendrick Scott lanza una propuesta creativa en los planeamientos estéticos del jazz más avanzado en un sello mítico que busca su lugar en el nuevo siglo (del que ya hemos recorrido sus primeras dos décadas), pero además establece un claro posicionamiento social en el que quiere convertir el muro en puente. Además del propio batería, autor de la piezas, participan en la grabación Mike Moreno en la guitarra, Joe Sanders en el bajo, Taylor Eigsti teclado Rhodes, John Ellis saxo soprano y DJ Jahi Sundance en los platos. Scott se enrola en un viaje musical inusual, con forma de “metáfora inversa” en el que el muro llega a ser un puente, una transformación en al que atraviesa etapas, donde están las dudas y las inseguridades, la inocencia inicio, la resistencia, donde en cada paso se planean cuestiones donde se analice el significado ya sea como sujeto o parte de un colectivo, lo particular y lo general. “Los muros son más fáciles de construir que los puentes” sentencia el músico de Houston (1980). “A menudo somos más rápidos para apilar ladrillos de miedo que para tejer un cable de empatía y llegar a una brecha. Donde veo muros, entonces, veo una admisión de nuestra fragilidad fundamental de vulnerabilidad”. Con este planteamiento uno de los mejores bateristas de su generación ─uno de los abanderados de sello que conforma el combo que reúne a sus estrellas─ se interroga así mismo: “Entonces, la pregunta que comencé a preguntarme era cómo yo personalmente, y colectivamente, podemos usar esas vulnerabilidades no como puntos de separación, sino como puntos de convergencia”. Con esta idea en su compuso la docena de piezas que entrega, que son a la vez otras tantas etapas del periplo vital, y llegar a una esperanzadora conclusión: “nuestro muros no existen en contraste con los puentes”. Un quinteto que hace música como respuesta a una lucha personal que es a la vez colectiva.

KENDRICK SCOTT ORACLE
A Wall Become A Bridge
(Blue Note / Universal Music, 2019)
www.bluenote.com