Dice Marina Rossell que se refiere a todos los gritos que a lo largo de una vida podemos emitir o recibir, ya sea de placer, alegría, dolor, desasosiego,… El grito ancestral que contenemos y se transmite de generación en generación. Se trata de una singularidad de los humanos, “los animales gruñen, nosotros gritamos”. Y cada uno tiene uno diferente. Le ha llevado cuatro años de trabajo. Ha recuperado temas de los días de la ocupación de Francia y un poco después, piezas que tienen un largo recorrido y han sido ya muy versionadas pero que Rossell ha conseguido imprimir su delicada personalidad manteniendo la “atmósfera”. ‘No em penedeixo de res’ (Non, je ne regrette rien), El Temps se´n va (Avec le temps), Sota el cel de París (Sous le ciel de París), I ara què? (Et maintenant), Jo t´esperaré (j´attendrai), La mar (La mer) y Himme a l´amor (Hymme a l´amor) con el que culmina el álbum como bonus track y que no quería dejar de ofrecer su lectura. Marina no canta por cantar, lo ha explicado con frecuencia. Las canciones tiene una función y ha concluido tras reflexionas que son para quienes las necesita, “se compone por la necesidad de comunicar”. Ha creado para este disco composiciones en la que comparte sentimientos íntimos. Dos piezas muy personales donde habla del desamor y el dolor de ser abandonado en una relación, “Guardo el dubte” y “Morir d´un llamp”. “Las canciones son más para escucharlas que para explicarlas”, aquí hay un maravilloso ramillete de bellas canciones en la voz de una artista excepcional, por su trayectoria artística, sensibilidad y su humanidad. Maravillosa.
MARINA ROSSELL
300 Crits
(Satélite K, 2021)
www.satelitek.com