Impacta la propuesta de Moonlight Benjamin, desde la primera escucha su concepto golpea, atrapa y sobrecoge a partes iguales. Trance vudú puede ser la base de todo lo que hace esta mujer que adorna su rostro con tatuajes (en la portada del disco, al menos) con formas simétricas. En lo musical va desde el misticismo a la reivindicación, desde el espíritu vudú ─del que hay muestras breves, de apenas un minuto, voz y tambores, ‘Simbi’─ enraizado en la cultura afro-caribeña al sonido guitarrero del blues y el rock setentero. Todo en fronteras difusas, transmuta y se funde con acierto. Poderío vocal no le falta a la artista haitiana-francesa, y experiencia tampoco pues ya son más de una docena de años los que lleva subida a los escenarios, y su hoja de servicios apunta que se involucró allá por 2013 en los proyectos de Omar Osa y Jacques Shwarz-Bart, con este dato ya nos podemos hacer una idea de su forma de entender la música, y como llevarla por el mundo en forma de jazz con otras músicas en forma de world music. Benjamin es autora de las letras, y en su tercer álbum ha tirado de guitarrista y arreglista Matthis Pascuad. El nivel de carga eléctrica en temas como el que da título al disco, ‘Siltane’, alcanza rangos elevados, donde la melodía, el ritmo y la fuerza transcienden, una poderosa muestra de talento, energía y creación global que sobre el escenario además se enriquece con una puesta en escena magnética.

MOONLIGHT BENJAMIN
Siltane
(Ma Case, 2018)
www.moonlightbenjamin.com