Después de las experiencias con el jazz, en “Paz” donde hizo la transcripción para guitarra de piezas de Bill Evans y en “Española” acercándose al jazz latino, ahora el guitarrista almeriense aborda un repertorio centrado en el flamenco. Y una vez más la lectura que hace del arte jondo va mucho más allá de la ortodoxia puesto que todas las experiencias con músicos de jazz como Chick Corea o Jo Lovano han influido en su manera de componer, interpretar y relacionarse con otros flamencos. El álbum, que incluye nueve piezas, se abre con una soleá dedicada al maestro Morente, quien debía de estar al cante en ese número pero su prematura desaparición truncó el proyecto y finalmente ha quedado como un instrumental que define perfectamente la aptitud de continua búsqueda en la trayectoria musical de Niño Josele. Para esta aventura ha contado con músicos de lujo. Desde el genial Paco de Lucía a Tomatito, Duquende, Carles Benabent, Alain Pérez, Lola Molina y los tres hijos del maestro, Estrella, Soleá y José Enrique Morente que participan en unos tangos dedicados a Granada. Hay grabado bulerías, tangos, rumbas y una minera dedicada a su tierra donde está el sólo. Como bien afirma el músico “El mar es el flamenco, que se nutre de muchos ríos, muchas fuentes”.