Es el trabajo más importante, y ambicioso, hasta ahora de la carrera de Pitingo. Así lo reconoce el propio Antonio Manuel Álvarez Vélez (Ayamonte, 1980) el flamenco onubense que eligió como nombre artístico el apodo de su familia en caló que les distingue como presumidos. Flamenco por tradición familiar, por pasión por el arte jondo, y claro está por sus cualidades artísticas que llamaron la atención del mismísimo maestro Enrique Morente que le apadrinó su primer álbum, “Pitingo con habichuelas” (2006). Dice que se quedó loco cuando escuchó por primera vez siendo un chiquillo ─con nueve años─ a la gran Aretha Franklin, ese día una nueva vía de intercambio cultural-musical se abrió en el inconsciente del muchacho, una conexión transatlántica entre lo jondo andaluz y el soul americano, dos músicas de alma negra, mestiza y con leyendas que han alumbrado grandes carreras que han traspasado fronteras. Porque de eso se trata en el arte, ver lo que otros no percibieron o no supieron intuir, en el caso del ayamontino lo tuvo claro, de la bulería y el soul nace la soulería. Y de ahí al fin del mundo. Nada más sencillo inicialmente para una fórmula magistral que le ha llevado a recorrer grandes escenarios y atraer a públicos de otras estéticas. El alquimista y sabio flamenco José Manuel Gamboa y el internacional Rudy Pérez (también piano y teclados) en la producción, con momentos tan especiales como ese donde aparece Sam Moore, toda una leyenda del Soul con el que hay ‘Soul Man’ en su 50 Aniversario. No siempre se ha entendido bien lo que hace Pitingo, pero viniendo de un arte tan mestizo como el flamenco, que se haya aventurado a difuminar fronteras, amalgamar melodías y transformar compases para darles soul no deja de ser un atrevimiento que hay que respetar y valorar. Y lo hace desde el comienzo, en “Fuera cadenas” avanza el resto del álbum, “es un grito de unión a todas las razas del mundo. Para conocernos y aprender los unos de los otros. A mí me han pasado tantas cosas, tanto de un lado, de una parte de mi raza, como de la otra, que quería atreverme a hacer en un disco, por primera vez, como me diera la gana. Y deseaba aportar un mensaje, un toque de atención, para ayudar a que se quiten las etiquetas en todo” sentencia el onubense con alma afroamericana.
PITINGO
Mestizo y Fronterizo
(Warner Music, 2018)
www.wanermusic.es