Virtuosos, trepidantes e impactantes en los tiempos rápidos, melódicos, armónicos y brillantes en los tiempos medios y baladas. Así son el quinteto húngaro en su segunda producción discográfica, una de las formaciones europeas que están acaparando la atención de la crítica. Hacen una relectura de la tradición balcánica imprimiéndole una energía sobrecogedora, pero además aportan savia nueva a una región donde el talento musical, sea tradicional o culto –si es que hay diferencia–, es de una amplitud, riqueza y sonoridad única en el mapa mundial de la música. El repertorio que han registrado lo han tomado de las piezas que recopilaron el genial Bela Bartók (1881-1845) –compositor, pianista y musicólogo- y dos del etnógrafo Tihamer Vujicsics (1929-1975), una labor que ha permitido pautar una tradición oral que se puede llegar a perder. Son unos virtuosos de sus instrumentos capaces de hacer ritmos impactantes, danzas hipnóticas. Reunen piezas que se guardan como tesoros entre Hungría, Macedonia y Croacia. Sus interpretaciones están llenas de fuerza, de un feroz romanticismo y todo el poder de la rítmica.
SÖNDÖNGÓ
Tamburocket. Hungarian Fireworks
(World Music Network / Karonte, 2014)
www.worldmusic.net