Un encuentro para una residencia artista en el macizo de Chartreuse, situado en el sureste de Francia, ha propiciado este proyecto que reúne a seis músicos. Lo conforman el quinteto Tram del Balkans y la cantante Mélissa Zatman (Joulik [1], La Mòssa,…). Por un lado tienen en común su pasión por las músicas del este, de la región de los Balcanes y las melodías tradicionales nórdicas y orientales, y por otro, polifónicos, la música klezmer y la pizzica. Algo más de una docena de piezas que trasportan de una región a otras, de cultura en cultura. Una mezcla ecléctica de estilos e instrumentos ─flauta kaval, cítara, arpa de boca, violín, acordeón, clarinete, contrabajo y percusión. De la melancolía a los ritmos vivos que invitan a bailar.