Ha sido uno de los trabajos más exitosos de la música popular brasileña de las últimas dos décadas, Marisa Monte, Carlinhos Brown y Arnaldo Antunes juntos dando rienda suelta a su creatividad en un ambiente de máxima libertad y complicidad que dio lugar a un magnetismo sonoro que sedujo al mundo entero, hasta cinco premios Grammy Latinos se llevaron por el álbum del que vendieron millones de discos sin hacer una gira conjunta de presentación y reuniéndose en contadas ocasiones. Aquella reunión de estrellas brasileñas dio pie a un DVD se incluían entrevistas y conversaciones con cada uno de ellos que aportaban detalles de cómo se fraguó el proyecto. Fue todo muy rápido, y casi en secreto, los tres amigos se juntaron en Río de Janerio ─en la casa de Monte─ en la primavera de 2002, registraron los temas y ese mismo año editó en Brasil. Un día para cada pieza se cuenta en la crónica del proceso creativo, no había más tiempo dada la abultada agenda de cada una de las tres celebridades que daban forma trío; tomaron como título la decimotercera, y última, pieza del álbum. Fue una elaboración colectiva, con aportaciones a todos los temas. Y como resultó también, en la segunda entrega siguen con la misma fórmula en la que firman todos la decena de composiciones que agrupan ya como Tribalistas, sin que aparezcan sus nombres artísticos. El nombre puede llevar a la equivocación, no retroceden a sus raíces más ancestrales, crudas y elementales, sus canciones son de una delicada sofistificación, en la que además se definen socialmente en nuestro mundo global (“Diáspora”) y llaman a la armonización de un sonido diverso, global y en hermandad. Aquí, además parece como invitada Carminho (“Os Peixinhos”). En la línea del primer disco, sin la sorpresa de aquellos temas conjuntos pero con la felicidad de revivir un trío fabuloso que por fin si se les ha podido disfrutar juntos en concierto.

TRIBALISTAS
MARISA MONTE, CARLINHOS BROWN, ARNALDO ANTUNES
(Universal, 2018)
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