La exitosa serie “Éthiopiques”, una colección discográfica que comenzó a editarse en 1997 en Francia bajo la dirección de Francis Falceto y de la que se han editado hasta ahora 27 volúmenes, ha mostrado a occidente la diversidad, riqueza y grandes artistas del noreste de africano que han permanecido olvidados. El aislamiento de sus músicos se explica por la dificultad en la exportación de sus discos ya que al contrario del resto de países del continente no contaron con la posibilidad de canalizar su música desde las respectivas metrópolis (París, Londres, Lisboa o Bruselas). Etiopía es el único país africano que no llegó a estar colonizado, salvo por la breve ocupación entre 1936 y 1941 de la Italia fascista de Mussolini. La antigua Abisinia en tan rica como multiforme, toda una diversidad que va de las músicas urbanas a la tradicionales. El artista etíope más conocido internacionalmente es el gran cantante Mahmoud Ahmed, el primero en salir a los escenarios de todo el mundo, luego serían Aster Aweke, Gigi, Gétatchèw Mekurya, Alèmaypehu Eshèté, y más recientemente, el gran Mulatu Astatke. Actualmente la expansión de la música etíope, gracias a las nuevas tecnologías, no tiene ni fronteras geográficas ni estilísticas, así músicos de todo el mundo se suman a la diáspora de músicos etíopes para crear proyectos musicales que cubren un amplio abanico de estilos, del funk, al soul, afropop, jazz, electrónica,… En este álbum doble, uno bajo el título de “Noise” y otro “Chill Out” hay una colección de 28 piezas que recrean la sonoridad musical del cuerno de África de manera deslumbrante. Entre los grupos hay etíopes como la magnífica Tsedenia Gebremarkos y Zèritu y mixtos (de países como Francia, Alemania, Australia o USA) como Dub Coossus, Eténesh Wassié & Matthieu Sourisseau, uKandanz, Alexo y Dereb The Ambassasdor.

VARIOS AUTORES Ethiopian Groove Worldwide. Noise & Chill Out (Buda Musique / Harmonia Mundi, 2012)