Togeir Vassvik es un músico sámi, y con este álbum llega al tercer título que publica bajo su propio nombre. Como novedad Vassivik ha sido quien se ocupa de todo por primera vez, ya sea la toma de sonido, la mezcla o la producción de la que se ha encargado en gran medida. A lo largo de las 20 pistas del disco compacto, unos 53 minutos de duración en total, se suceden joiks que podemos describir como ‘joiks progresivos’, donde intervienen los 15 diferentes instrumentos que toca a lo largo de su obra, desde la guitarra, bajo, piano,… a mandolinas, huesos, maderas, igil ─instrumento musical de cuerda frotada originario del pueblo tuvano─, birbyné ─aerófono lituano que puede ser de lengüeta simple o doble y puede tener o no una boquilla─,… Como invitado aparece Bugge Wesseltoft. Un músico procedente de las tierras más septentrionales de Europa occidental, allí tomó la foto de portada, un pequeño laberinto que llaman “el juego ruso”, un espacio de contemplación, un lugar de ritual para el pueblo sámi ─el pueblo indígena del norte de Europa y viven en Noruega, Suecia, Finlandia y en la península de Kola en Rusia─, un lugar donde confluyen la naturaleza en su forma más impresionante, la cultura indígena sámi y el cruce de las artificiales fronteras políticas que poco significan. Como el nómada pueblo al que pertenece, tratar de colgar una etiqueta o circunscribirlo a un género resulta imposible, e inútil. Solo describir las sensaciones que produce la escucha de unas composiciones misteriosas, de ecos milenarios y que capturan la forma de entender el mundo de unas gentes que han conseguido aclimatarse a un espacio hostil.
VASSVIK SOLO
A place behind the gardens of the houses. Báiki.
(Ok World, 2024)
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